Arquetipo del Adulto Mayor
Desde el punto de la gerontología, el envejecimiento se puede definir como la pérdida paulatina y progresiva de la eficiencia biológica; cognitiva y de la capacidad del organismo para mantenerse funcionando adecuadamente.
El envejecimiento normal se complica por la aparición de patologías médicas y problemas psicosociales, que contribuye a que sea un proceso muy variable de una persona a otra, pero en muchas oportunidades la actitud que toma la persona con respecto a las actividades que realizaba -y que debe dejar de hacer por la edad (jubilación), y no adquiriendo nuevos intereses-, contribuye en gran medida a la pérdida de capacidades.
En sociedades tradicionales, el adulto mayor tiene un rol importante como consejero, como una persona poseedora de la experiencia y sabiduría. En las sociedades modernas, cuya cultura evoluciona rápidamente, sin embargo, esa experiencia ya no es considerada funcional y se transforma en símbolo de conservadurismo que añora el pasado.
Por otra parte, en las sociedades tradicionales el adulto mayor, es una valiosa excepción y en el mundo occidental se diluye dentro de una población en rápido crecimiento. No obstante, si tratamos de evaluar a las personas y no a las innovaciones científico-técnicas, la experiencia del adulto mayor sigue siendo válida.